En 1845, el mismo año en que Ruskin visitó Florencia por vez primera, Thoreau escribió enWalden:
?La mañana es la hora del despertar. Es entonces cuando estamos menos soñolientos y, al menos durante
una hora, despierta una parte de nosotros que dormita el resto del día y la noche?. Treinta años
después,Mañanas en Florencia sería más que una guía de arte para los viajeros ingleses del siglo XIX:
una obra destinada a despertar la fe en la mirada del público, a recordarle que el tiempo de su visita
a las grandes iglesias de la cristiandad en Florencia había de tener la calidad de las mejores horas del
día. Cada día se concentra para Ruskin en la mañana, y cada una de las seis mañanas de esta singular
creación se vuelve el marco iconográfico de una revelación distinta. Ruskin escribió que un libro no
vale nada si no valemucho. La relectura de estas páginas desborda sus circunstancias por el propósito
de grabar en la mente del turista una lección sobre el ?bien absoluto? del arte medieval.
Las pinturas de Giotto, los temas del ?libro abovedado? o los relieves de la torre del pastor forman
parte de un recorrido que permite apreciar tanto la belleza inmortal de la ciudad italiana como el
modo en que Ruskin convirtió el arte en ?lengua paterna? de la religión de la humanidad.
JOHN RUSKIN nació en Londres el 8 de febrero de 1819.Hijo de un próspero comerciante de vino y una
devota evangélica, fue educado bajo una severa disciplina. Estudiante en Oxford, escribió un panfleto
en defensa del pintor J. M.W. Turner que derivó en su obra señera, Pintores modernos, compuesta a
lo largo de más de veinte años. Tras la aparición de Las siete lámparas de la arquitectura, publicó varios
volúmenes de Las piedras de Venecia (1849-1853), una verdadera historia cultural de la ciudad.A
este último, el libro parafraseado por Gandhi, apareció en 1860. Le siguieron Sésamo y lirios y La reina
del aire, entre susmejores títulos de esa época. Tras ocupar la Cátedra Slade de Arte enOxford comenzó
a publicar Fors Clavigera (1871-1884), cartas a los trabajadores de Inglaterra. Dedicó parte de su herencia
a fundar la sociedad utópica de St George?s Guild. CompusoMañanas en Florencia entre 1875
y 1877. Al año siguiente sufrió el primer ataque de fiebre cerebral. Una visita a las grandes catedrales
francesas lo llevó a planear aún Lo que nos han contado nuestros padres, del que sólo escribió La Biblia
de Amiens. En 1885 comenzó su autobiografía, Praeterita.