El editor de libros Leo Blum alcanzó lo más alto y lo más bajo de su profesión en tan solo unos pocos años. Su progresión hacia la cima de este negocio no fue fácil porque estuvo plagada de acciones, digamos, poco éticas que dejaron más de un cadáver en su armario.
Blum consiguió el sueño de cualquier editor: dar con el autor perfecto, Marc Carmona. Todas sus novelas vendían miles de ejemplares e incluso algunas se adaptaron al cine. Leo desbordaba felicidad y dinero hasta que descubrió que cuando Marc se enamoraba era incapaz de escribir. Y si esto sucedía, el dinero dejaba de fluir hacia su abultada cuenta corriente.
¿Qué haría usted en este caso? ¿Estaría dispuesto a amargarle la vida a alguien con tal de ganar dinero? Ruborícese si quiere, pero a Leo no le tembló el pulso.
Y esa es la historia que me dispongo a contarles...