Oriol Nolis compone un relato lleno de claroscuros, con magnífica ambientación y un gran dominio de la intriga que es, a la vez, un thriller y una reflexión sobre el arte y el deseo de posesión.
El valor del arte reside en su belleza. Poseer una obra de arte es como pretender ser dueño de una puesta de sol.
Maurice Lyon es el hijo mayor de una importante familia de coleccionistas de arte franceses. Desde su nacimiento, Maurice parece destinado a heredar la extraordinaria colección de pintura que durante siglos ha pasado de padres a hijos. Sin embargo, una noche un grave incidente en la elegante residencia parisina de los Lyon cambiará su vida para siempre.
Repudiado por su familia y desterrado a Barcelona, planeará una venganza tan sofisticada como delirante mediante la cual iremos descubriendo los intrincados laberintos que trazan su oscura personalidad y los misterios que componen la extraña historia de Maurice Lyon.
Una primera novela que supera las expectativas del lector y nos sumerge en una maraña de emociones y sensaciones que no cesan hasta la última página.
«Digamos que se trata de una colección de... deseos. Sí, me gusta esta expresión: una colección de deseos. ¿Entienden de lo que les estoy hablando? Una colección de piezas queridas, admiradas y deseadas a lo largo del tiempo por miles de personas que incluso, en algunos casos, estarían dispuestas a dar su vida por ellas.»