Alfred Issendorf, un joven recién licenciado en geología, ávido de fama y con delirios de grandeza, sale de expedición científica con otros tres estudiantes. Se dirige al norte de Noruega con el objetivo de demostrar que los cráteres de la región son consecuencia del impacto de meteoritos, no de los glaciares. Una teoría del catedrático con el que ha estudiado pero en la que nadie cree. Pronto se suceden los problemas. Incapaz de conseguir fotografías aéreas imprescindibles para el proyecto, acosado por los mosquitos y el insomnio, inadecuadamente preparado para la vida en la naturaleza salvaje, Alfred empieza a padecer ansiedad y sentirse inferior a los demás miembros del grupo. Las preocupaciones irán en aumento a lo largo de su atribulada aventura. Y aunque no desiste de alcanzar sus ambiciones, poco a poco empezará a ser consciente tanto de su falta de aptitudes para la tarea emprendida como de la banalidad de la fama que ansiaba.