LA CABRA DE DIÓGENES, vertebrada por una fábula de Diógenes el Cínico, es la historia narrada por un joven que comienza su ilusionada vida en las Cortes de Cádiz de 1812 y acaba en Londres tristemente sin saber si su amada fue una realidad o un ensueño. Amigo de lord Holland, Larra, Espronceda y Martínez de la Rosa, que lo justifican entre otros en cuanto realidad histórica, participa en los pronunciamientos románticos, en la afirmación liberal y en una acción civil que lo conducen al destierro en Londres, donde conocerá a Foscolo o Blanco White. Al final desengañado, vencido por la constante guerra civil instaurada en su patria, regresa a Inglaterra de nuevo donde abandona su manuscrito en una posada dibujada por un romántico sobre el que se abalanza el acomodaticio realismo.
EN 1955, con Tres pisadas de hombre (Premio Planeta) Antonio Prieto iniciaba, a los 24 años, una extensa trayectoria narrativa en la que fueron sucediéndose títulos como Vuelve atrás Lázaro, prologada por Baquero Goyanos, en la edición de Planeta, 1958; Elegía por una esperanza, Madrid, Narcea, 1972 con prólogo y estudio de A. Valbuena Prat, Premio Ondas; Secretum, Premio Novelas y Cuentos, Planeta, 1986; El Embajador, Fundación J. M. Lara, Sevilla, 2005, prólogo de M. Alvar, epílogo de Bartolomé Bennassar; La plaza de la memoria, X Premio Andalucía de Novela, Sevilla, 1995; El ciego de Quíos, Seix Barral, 1996; Isla Blanca, Seix Barral, 1997, Premio de la Crítica de Andalucía de ese año concedido también en 2003 a Una y todas las guerras; Invención para una duda, Seix Barral, 2006, prólogo de Pere Gimferrer; La metáfora inacabada, Seix Barral, 2008 y la última novela, La sombra de Horacio, Academia Alfonso X de Murcia, 2009, prologada por Francisca Moya, apreciada por Ángel Basanta (El Cultural) como «deliciosa novela para lectores cultos» y por Luis Alberto de Cuenca (Mercurio) como «originalísima biografía horaciana, exemplum de fusión mítica, y de una apabullante lección de prosa castellana».