«Somos más actores que autores de nuestros propios sueños».
El narrador inicia a las diez de la mañana un itinerario por las calles de una gran ciudad que debe concluir doce horas después, momento en el que deberá enfrentarse a una decisiva revelación. Su itinerario urbano va acompañado de otro mental, el de la rememoración de toda una vida. Las personas y lugares que se encuentra, a veces familiares y a veces transformados en el curso del tiempo, le evocarán de forma impulsiva y anacrónica los recuerdos, anhelos y sueños que dejaron una impronta en su ser. Desde los rugidos que en la casa de fieras sonaron cuando nació, a su temprana vocación literaria emanada de las lecturas de otros rugidos que resuenan en las páginas de Tarzán, El lobo estepario o Moby Dyck. Desde las emociones viscerales de un gol antológico del mítico Marsal, capaz de perdurar en el recuerdo y dar satisfacción durante toda una vida, a los sueños democráticos que se contraponen a las pesadillas de las dictaduras: militares del pasado y terroristas del presente.
Quien sueña novela es un periplo, con reminiscencias joyceanas y proustianas, a través de los sueños vividos y de la vida soñada de un escritor. Raúl Guerra Garrido, por medio de la analepsis y una prosa entrecortada con sutiles ironías y guiños literarios, reflexiona desde la atalaya de la madurez sobre el inexorable paso del tiempo y sobre el poder de la literatura para escapar a sus efectos. Construye un territorio literario onírico, alegórico, sobre la realidad de los sueños y los sueños de la realidad; en suma, sobre la realidad de la ficción y sobre la ficción de la realidad. La vida no es como se vive, sino como se recuerda, como se sueña. No vela quien duerme.