Robert Graves escribió esta temprana autobiografía en 1929, poco antes de tomar la firme decisión de
abandonar Inglaterra para vivir permanentemente en el extranjero, y de hecho corrigió las pruebas ya en Mallorca, la
isla de sus sueños, de la que no se marcharía nunca, salvo un breve periodo durante la guerra civil española y la
Segunda Guerra Mundial. Adiós a todo eso, como su título indica, es una despedida, la rememoración de unos tiempos y
unas experiencias dolorosos y amargos, con la voluntad de cerrar una etapa y renacer como un hombre nuevo en la sierra
mallorquina. En las páginas de este prodigioso ejercicio de memoria, Graves repasa su infancia y sus infelices días
escolares en el internado de Chatterhouse; sus brutales experiencias en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, en
la que sirvió como joven oficial y que le dejaría una profunda huella, su desastroso matrimonio con Nancy Nicholson,
pero también su emergente vocación literaria y sus encuentros con escritores como T. E. Lawrence, Siegfried Sassoon o
Thomas Hardy.