Desde el siglo V al XVI, el reino Ghana, el Imperio Malí y el reino Songhay, fueron estructuras sociales y políticas con un nivel de desarrollo similar al que había en la Edad Media en Europa. Al visitar hoy la curva del río Níger, encontramos ciudades que nos hablan de ese pasado, desde Djenné a Tombuctú.
Pero lo que actualmente nos llama la atención es la situación de pobreza en la que viven sus habitantes. La debilidad de las opciones político-económicas y el neocolonialismo les afectan gravemente. También el avance de la desertización, la presión sobre la franja del Sahél y la combinación de fenómenos como las alteraciones climáticas y la erosión debida a las actividades humanas, reducen sus condiciones de habitabilidad.
En un viaje por el delta interior del Níger reflexiono sobre el devenir de esos pueblos que hoy se ven obligados a la emigración, tanto en el interior del país, que se da históricamente en África Occidental, como la que insensiblemente vemos hacia Europa. Tombuctú fue la ciudad de las bibliotecas y los sabios, lo que nos lleva a pensar en un futuro común.