El secreto está en la respiración. Respirar para poder seguir las estelas en el viento y no perder el ritmo.
Los dos pedalean sin parar, Anselmo al frente para abrir camino, Claudia justo detrás, siguiendo cada uno de sus movimientos. Sus alientos están acompasados y sus pulsos se aceleran con cada instante.
El amor es como ir en bici, una mezcla de equilibrio y de suerte para no encontrar grandes obstáculos en el camino. Pero, ¿qué sucedería si dejara de soplar la brisa que guía a Claudia y a Anselmo? ¿Si alejaran, por un instante, la mirada del cielo?