Cediendo a las presiones del médico y de su hermana Elisa, Mirna sale a pasear por la calle después de haber pasado mucho tiempo encerrada en casa. En la niebla se tropieza con un niño flaco, mal vestido y descalzo. A las preguntas de Mirna responde que no tiene nombre ni padres y que vive en cualquier parte. Ella le propone que se quede en su casa; le cuidará hasta que se vaya. A él le parece bien, lo mismo que el nombre que le pone: Tim.
Este libro, finalista del premio infantil Leer es vivir de la editorial Everest, divertirá y ayudará al niño y conmoverá al adulto, pues sabe transmitir valores como la generosidad, el valor de los cuentos para crecer y madurar, la confianza en el otro, el esfuerzo y la satisfacción del aprendizaje, además de la superación de los miedos y de la pérdida de un ser querido.
Mediante divertidos diálogos, toques fantásticos y exagerados insertados con naturalidad en el argumento, y con un lenguaje sencillo y ágil consigue tratar asuntos trascendentes con aparente ligereza y sin caer en un tono revestido de gravedad.