Juan Ramón Jiménez escribe Platero y yo al volver a su pueblo natal, Moguer, después de haber pasado unos años en Madrid. A su regreso, Juan Ramón se encuentra en un estado de salud delicado y su familia atraviesa una mala situación económica tras la muerte de su padre.
La visión de un Moguer deteriorado hace que Juan Ramón se distancie de la gente del pueblo y se desilusione. Atrás quedó el Moguer de su infancia. En su aislamiento, encuentra la comunicación deseada con Platero, el destinatario de sus pensamientos. Platero será el objeto de la exteriorización poética de Juan Ramón, el ser que le mueve a la manifestación lírica, y quien parece entender todo lo que nombra el poeta. Sólo con Platero puede compartir su mundo interior, su alma de poeta.
Este personaje creado por Juan Ramón, no es un burro concreto, pues como él mismo dice: ?En realidad, mi Platero no es un solo burro, sino varios, una síntesis de burros plateros. Yo tuve de muchacho y de joven varios. Todos eran plateros?.