Cada doble página está protagonizada por un número, del uno al diez, con un claro propósito educativo, pero que no resulta molesto gracias al ingenio de Urberuaga con el texto y las ilustraciones. Un libro adecuado para que el adulto lea con el niño, aunque este aún no sepa leer, ya que podrá contar los animales que aparecen en las ilustraciones, y aprender la historia sin dificultad. Como curiosidad, en una de las escenas la cosa negra se transforma en un narval, animal que da nombre a la editorial.