Alicia cuenta a sus amigas la historia del ángel de la roca: un escultor encontró en el bosque una magnífica y brillante roca en la que su imaginación enseguida comenzó a esculpir hermosas figuras de ángeles. Quiso tenerla en su taller, pero se encontraba enfermo para traerla así que decidió enviar a otros para que le trajeran la piedra a su taller. La enfermedad que padecía le dio fiebre y el escultor, en su delirio, soñó con la roca, vio la vida que contenía, el nido de pájaros que sostenía, la madriguera de conejos que tapaba. Así fue como comprendió que ninguna obra de arte podrá igualar a la belleza de la naturaleza, esculpida durante siglos y siglos.
En este libro, los niños aprenden a respetar la naturaleza y a admirar su belleza sin destruirla.