Nunca se habla en exceso del problema de las relaciones de pareja, porque siempre resulta difícil una puesta en común de sus posiciones más interiorizadas. El problema es irresoluble en muchos aspectos, pero sí cabe "ponerse en el lugar" del otro o la otra. Eso es lo que permite esta obra. Habla de las diferentes aspiraciones y necesidades, de la exigencia de comprenderlas, al menos para respetarlas. De ese modo, la relación de pareja se convertirá en una especie de baile en el que los pasos no son los mismos, pero sí se complementan para lograr una sensación de armonía.