Gorgias, Fedón y El Banquete ocupan un lugar central en la larga serie de Diálogos de Platón. Compuestos en su etapa de madurez son textos de gran hondura filosófica y de una atractiva composición formal. Gorgias trata de la retórica y la política, y en él se contrapone la figura de Sócrates a la de los sofistas Gorgias y Polo, y al joven Calicles, prototipo de político inmoralista; Fedón analiza, en la última conversación de Sócrates con sus discípulos antes de morir, los argumentos sobre la inmortalidad del alma; El Banquete ofrece las diversas perspectivas de los comensales sobre el eros, superadas todas en trascendencia y belleza por el exaltado parlamento de Sócrates. Tres diálogos en los que Platón recrea las conversaciones de su maestro sobre unos temas de permanente actualidad. La vida auténtica, el más allá o la ambigüedad del amor son tratados con un equilibrio incomparable entre lo poético y lo ideológico, y con palabras tan claras que, incluso a tantos siglos de distancia, es imposible no sucumbir a su perenne interés.