En uno de sus muchos e importantes viajes por el Cono Sur
para impartir conferencias de alta especialización, un conocido
y renombrado profesor español (que prefiere permanecer
en el anonimato) dio con un extraño manuscrito encartado
en una vetusta edición de la Crítica de la razón pura, de
Kant. El manuscrito contenía el borrador en alemán del trabajo
de habilitación (1838) del Dr. Felix Herzog, discípulo de
Karl Rosenkranz, a la sazón ocupante de la cátedra de Herbart
y Kant en la Universidad de Königsberg, y seguramente
el mejor estudioso de Hegel en el siglo XIX.