Durante todos los años de vida de elBulli, cada día se preparaba un menú para el equipo de cocina. Esta
gran familia debía estar bien alimentada, con recetas variadas de productos frescos, que garantizaban energía y fuerza
para que todos rindieran con ilusión en su trabajo. Al cerrar elBulli, Ferran Adrià, el mejor cocinero del mundo,
dejaba una recopilación de menús bien estructurados, fáciles, baratos y de raíz tradicional que no podía quedarse
encerrada en un cajón para siempre. De ahí este libro.