Vulnerables pero abiertos al mundo, animados por una curiosidad rotunda y radical, dotados de la pasión por vivir. Es entonces cuando comienza la búsqueda del sentido en una realidad diaria de luces y de sombras donde nos asaltan el amor, el miedo, la tristeza o la tentación. Cómo nos enfrentemos a estas etapas cruciales, desde la inocencia o desde la rigidez, determinará el tejido de nuestra existencia, de cada emoción, de cada gesto, de cada pensamiento.