Coleccionar sellos no es mucho más complejo que lo que hizo Darwin a bordo del Beagle. Jugar al Bridge es tanto o más difícil que la Astronomía. Y lo creas o no, hacer crucigramas o cocinar un buen guiso tienen mucho en común con los procedimientos de la física cuántica. Y es que cuando de ciencia se trata, la mayoría de nosotros tiende a sentirse intimidado. Craso error, porque los principios básicos del pensamiento científico son tan sólo una extensión de nuestra manera de observar el mundo y de nuestros procesos mentales más habituales. Y es que la ciencia, aunque no seamos conscientes de ello, es en parte lo que nos hace humanos. En su nuevo libro, el físico y divulgador Chad Orzel nos explica de forma sorprendente cómo la ciencia forma parte de nuestra vida cotidiana y nos invita a entender la ciencia como un recurso a disposición de todos, así como una herramienta para abordar y solucionar nuestros problemas personales y profesionales más comunes. En definitiva, una guía fundamental para descubrir el científico que todos llevamos dentro.