En 1952, descubrió el Factor de Crecimiento Nervioso (NGF, Nerve Growth Factor), que explicaba los procesos
de crecimiento y diferenciación de las neuronas. Este descubrimiento permitió identificar aspectos y detalles cada vez
más significativos del papel que desempeña la molécula proteica. Entre ellos, la decisiva función de modular y
coordinar la actividad de los tres sistemas esenciales en el organismo humano - el sistema nervioso, el sistema
endocrino y el sistema inmunitario - que ha contribuido a descifrar enfermedades degenerativas como el Alzheimer.