Desde la época en que se avanzaba hacia la creación de los Estados modernos, el control de la población ha constituido uno de los pilares básicos de la gobernabilidad. Este control se ha ejercido poniendo en práctica estrategias que se han presentado bajo aspectos y a escalas muy diferentes, que abarcan desde las líneas maestras de la alta política a la ordenación de los más mínimos detalles del quehacer diario de los individuos, pasando por la organización del territorio o de la ciudad. Esta práctica, que interconecta niveles muy variados de la actividad humana, ha dejado sus huellas territoriales, ya sea en las fronteras, en los usos del suelo, en la morfología de las ciudades o de los edificios, etc. En este libro se estudian algunos de los mecanismos que han contribuido a configurar, a partir de la Edad Moderna, el espacio que habitamos y con el que mantenemos una constante interrelación, así como las consecuencias de este proceso de conformación. Como podemos imaginar, nos estamos enfrentando a una problemática que, en algunos casos, se nos presenta de manera bastante evidente, pero que, en muchos otros, adquiere formas muy sutiles, desarrollándose de un modo casi imperceptible.
Quim Bonastra es profesor lector en la Universitat de Lleida. Sus principales líneas de investigación están relacionadas con la historia de los espacios de control, dentro de la cual se ha dedicado tanto a sus aspectos arquitectónicos como a los que tienen que ver con la ordenación del territorio, y la geografía del delito, donde se ha interesado por la percepción de la seguridad y por la relación de los delitos con el espacio construido.
Gerard Jori es Doctor en Geografía por la Universidad de Barcelona. Ha trabajado como profesor universitario y participado en diferentes proyectos de investigación. Su principal línea de estudio se centra en el proceso de institucionalización de la sanidad española acaecido en el siglo XVIII. También ha dedicado atención a la gestión del medio ambiente y la historia de los movimientos sociales.