En las últimas décadas, la región latinoamericana ha vivido una situación especial debido a los cambios producidos en la esfera política, social y económica, que hacen de este periodo un momento diferente en la historia del subcontinente. Quizás sea en el campo político donde aparentemente estos cambios han sido más profundos, ya que por primera vez desde su independencia aparece un número significativo de gobiernos que son considerados de izquierdas (o centro-izquierda) o progresistas, tras elecciones democráticas, gracias, en buena medida, a la lucha de los grupos y movimientos contra el neoliberalismo que han permitido consolidar sistemas democráticos con formas de participación social más amplias. Dada la pluralidad de estrategias y agendas políticas existentes en los muy diferentes gobiernos en la región, es importante reflexionar sobre el significado de lo que serían nuevas estrategias de desarrollo progresistas, pero solo puede hacerse desde las realidades concretas de cada país y, por ello, este trabajo se centra en aquellas que representan las opciones más decididas a la transformación económica, social y política de sus países, como son el caso de Bolivia, Ecuador y Venezuela.