capítulos que enfatiza el intercambio denso y constante entre
la obra pictórica y la obra literaria.
· La narración comienza con san Jerónimo, que ejerce
de protagonista epónimo. Nos transportamos después
al desierto egipcio, a través del cuento Una pasión en el
desierto de Honoré de Balzac. Tras él, y bajo el epígrafe del
Estilita, encontramos funambulescas fotografías, a las que
siguen un espacio lleno de caligrafías y libros ilegibles.
· Tres pintores españoles actuales conviven con cuatro viejos
maestros franceses, proclamando que la pintura es pasión
perenne. El final lo protagonizan Oscar Wilde y El retrato de
Dorian Gray, donde se fusionan literatura y pintura.