El bulldog francés despierta desde hace unos años un enorme interés entre los cinófilos de Europa, Estados Unidos y Japón, que ven en él un compendio único de cualidades. Efectivamente, este perro establece unos lazos muy estrechos con su propietario, y es capaz de adaptarse a todas las situaciones y estilos de vida, siempre con la condición, eso sí, de estar en su compañía. El dueño debe entender lo que significa esta relación tan excepcional, y tiene que esforzarse en dominarla para que este amor no se transforme en tiranía. El bulldog francés es muy amigo de los niños. Su pequeño tamaño le facilita las relaciones con ellos y los arrebatos de ternura… El bulldog nos sorprenderá siempre: es un artista de pies a cabeza, alegre, obediente —pero no servil— y siempre rebosante de amor. La autora, criadora y especialista en la raza, nos transmite en este libro su pasión por este perro tan simpático. Al igual que hicieron en su día Colette y Toulouse-Lautrec y, más próximo a nuestros días, Yves Saint-Laurent, nos dejaremos conquistar por este perrito atípico que combina las cualidades del perro de compañía con las de guardián de la casa.