En un breve prefacio a estas Memorias del subsuelo, su autor nos advierte que, si bien son imaginarias, su protagonista reúne de manera inevitable una serie de rasgos propios de su época: «? individuos como el autor de estas Memorias no sólo pueden existir, sino que por fuerza han de darse en nuestra sociedad, si se hace cuenta de las circunstancias en que, por lo general, esa sociedad nuestra se desenvuelve». De este modo, Dostoievski nos relata que el hombrecillo resentido, vengativo, zalamero, sádico y atribulado que parece deleitarse en contarnos las sucesivas humillaciones y actos de desprecio a los que él mismo se somete, es el prototipo del individuo moderno, en su búsqueda constante del éxito y el reconocimiento de sus pares.
La principal tragedia del narrador de estas Memorias es que si bien desprecia al oficial del cual debe apartarse cada vez que se topan en la calle, a los camaradas que lo desdeñan porque no comparte sus altos cargos y honores ni sus múltiples conquistas sexuales, a la prostituta Liza a quien humilla tan sólo porque puede hacerlo, en el fondo los envidia genuinamente y cambiaría toda su lucidez por convertirse durante un día en cualquiera de esos seres que pueden vivir la vida sin estar en constante lucha consigo mismos. En sus Diarios, Dostoievski formuló el «suicidio lógico», que es consecuencia de la contradicción implícita en la que la naturaleza da al hombre la inteligencia suficiente como para comprender que jamás entenderá el sentido de su propia vida. Precisamente para evitarlo, el narrador de estas Memorias encuentra consuelo en exponernos su miseria por escrito. Por fortuna, los demás podemos dar con una alternativa mucho más asequible: el inmenso deleite y alivio que produce leer las Memorias del subsuelo de Fiódor Dostoievski.
FIÓDOR DOSTOIEVSKI nació en Moscú en 1821. Autor de numerosas novelas, ensayos, relatos cortos, artículos y otros textos, retrató como nadie la sociedad rusa del siglo xix y su contexto político y económico. Es una de las figuras clave de la literatura universal y uno de los autores más significativos de lo que se conoce como la edad de oro de la literatura rusa, con obras tan reconocidas como Crimen y castigo, El idiota, El eterno marido o Los hermanos Karamázov, entre otras muchas. Murió en San Petersburgo en 1881.
JORGE GONZÁLEZ nació en Buenos Aires en 1970. Ha ilustrado numerosas publicaciones y ha trabajado para agencias de publicidad, en la creación de ilustraciones y de storyboards. Ha recibido prestigiosos premios de ilustración, como el Premio Tiza (2010), el Premio Junceda Iberia (2009) y el I Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Sins Entido (2008). Además, su cortometraje de animación Jazz Song fue galardonado en 2007 con el Premio Madrid en Corto.