Las lenguas, con todas sus riquezas, pluralidad y matices, deberían servir para comunicarnos, para expresar quiénes somos y qué sentimos, para describir el mundo y sus relaciones. Sin embargo, en España y en otros países se vienen utilizando como armas arrojadizas y causas de conflicto. Los discursos del nacionalismo (imperial-nacional o periférico-resistente) que versan sobre cuestiones lingüísticas —sea cual sea su origen y sus razones políticas, económicas o sociales— suelen valerse de una terminología pseudocientífica empleada para justificar y legitimar situaciones de desigualdad política y cultural.
Valiente, polémico y ameno, este libro realiza una crítica exhaustiva del nacionalismo desde la lingüística, desde el mismo lenguaje, con el propósito de desenmascarar el uso interesado de conceptos y términos especializados propios de las ciencias del lenguaje. Con claridad y rigor, el profesor Moreno Cabrera desvela las manipulaciones con las que, en muchas ocasiones, se intenta ocultar un nacionalismo lingüístico subyacente. Un comportamiento que es necesario denunciar para comprender qué está pasando en nuestro entorno.