En cada párrafo que conforma este homenaje, se ha tenido presente al hombre, al amigo, al jurista, al académico, al pensador, al intelectual y en sí, en el sentido machadiano, al ?hombre bueno en el buen sentido de la palabra bueno?. Se ha escrito no solo como un homenaje, sino como un coloquio con el maestro del que admiramos su fuerza, su luz, su pensamiento vivo y su mirada valiente y certera.
Este libro se ha fraguado como un reconocimiento a su memoria de la sociedad civil, del mundo académico, del editorial, del intelectual, del judicial, del político (de los estamentos nacionales y locales), de los amigos? Se ha fraguado de manera desinteresada, con una mirada plural, abierta y sin sesgo ideológico alguno. Unidos solo por un elemento común: la admiración a Francisco Tomás y Valiente.